Calor popular
Delegaciones escolares, vecinos y autoridades compartieron un acto en el que además del fervor patriótico y la presencia de los colores patrios un sol radiante con un cielo totalmente despejado le puso un marco climático excepcional a la jornada que finalizó con una peña folklórica en horas de la siesta.
La amplísima plaza de la localidad de Weisburd inaugurada en oportunidad de cumplirse el centenario de la población, nacida al amparo de la extinta fábrica de tanino que levantara don León Weisburd cuyo busto se erige en el predio, se convirtió el pasado martes 25 de mayo en el epicentro de los festejos locales por el Bicentenario.
Allí se dieron cita a poco del mediodía de una jornada plena de color y calor popular una gran convocatoria de delegaciones de la escuela Nro 1011 y del Colegio Agrotécnico Weisburd.
A la vera del palco oficial presidido por el Comisionado Municipal Aldo Zalazar y otras autoridades docentes y religiosas gran cantidad de vecinos vibraron con el izamiento de la enseña patria y de la provincia, la entonación del Himno Nacional Argentino y las palabras alusivas de la máxima autoridad municipal.
A continuación hizo uso de la palabra la docente Mariela Roldán de Diaz y tras la prosecución de instancias protocolares llegó la hora del cierre del acto con un desfile de las delegaciones por una calle aledaña.
La fiesta continuó con un asado popular y locro en las instalaciones de la Comisión Municipal y luego una peña folklorica con la presencia de La Gustada, grupo folklórico quimilense, Los Chilalos, casi locales por sus tres integrantes nacidos en esta localidad y un cuarto oriundo de Quimilí, participantes en representación de la provincia en el Festival de Baradero 2010 donde se hicieron acreedores a una Mención Especial.
A continuación se presentó El Shulko del Chamamé, agrupación que con sus ritmos del litoral hicieron la delicia de los presentes muy afectos a este tipo de manifestación artística.
Han pasado muchos años desde que la actividad forestal de Weisburd entrara en un definitivo cono de sombras acrecentado en sus efectos por el levantamiento del ferrocarril General Belgrano. Esta sufrida comunidad vió emigrar a gran cantidad de pobladores que buscaron un mejor porvenir en horizontes lejanos.
No obstante ello, luego de décadas de oscurantismo, Weisburd vé renacer posibilidades con la actividad agrícola ganadera que florece en los alrededores, una parroquia activa que festejó con fervor su fiesta patronal hace muy pocos dias, una escuela multitudinaria y un Colegio Secundaria que el próximo 19 de junio celebrará sus 20 años de vida.
Un hospital de tránsito con una moderna ambulancia que los pobladores defienden con uñas y dientes cuando por circunstancias coyunturales la requieren desde otros ámbitos oficiales, un destacamento policial que cada tanto actúa en recurrentes manifestaciones de abigeato y otros menesteres, sirven de cobijo a una población que trabaja y sueña con un futuro mejor.
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