Son 30 catequistas que desde la Capital Federal arribaron a Quimilí, Santiago del Estero, para llevar la palabra de Dios a los hogares de los barrios humildes de la Parroquia San Pedro y San Pablo.
En la tarde suavemente cálida del dia miércoles 28 del cte, en una especie de oasis climático de un invierno que de un tiempo a esta parte se ha mostrado inclemente, el clima se asocia a la calidez que le pone a la jornada la presencia de una pleyade de jóvenes llegados desde la Capital Federal al ámbito de la Parroquia San Pedro y San Pablo..
Está está ubicada en el sector este de la ciudad y su epicentro se encuentra en el Bo Juan XXIII con un espacioso templo que domina un predio de una manzana donde además se levanta un Hogar de Ancianos, la vivienda del párroco y la sede de Cáritas con un comedor que se llena de murmullos en los mediodias de los dias hábiles de la semana en que se provee del almuerzo a centenares de niños y adultos de familias cadenciadas.
Hasta este escenario arrribaron desde la Capital Federal treinta jóvenes, el mayor tiene 27 años y el menor 15, que conforman el Grupo Santa Lucia que a oídos profanos puede sonar a una banda de música tropical pero que en realidad identifica a catequistas que desde hace diez años visitaba la ciudad de ese nombre en la provincia de Corrientes.
El contacto reciente del Grupo con el padre Eugenio Milewicz, sacerdote polaco que desde hace más de veinte años conduce los destinos de la comunidad parroquial, hizo que este año se decidieran por Quimilí, ciudad de más de 20.000 habitantes, ubicada a 60 kms del límite con la provincia del Chaco.
Desde su llegada, el sábado 24 de julio, los jóvenes se aposentaron en la espaciosa Casa de Oración ubicada a la salida de la ciudad, a la vera de la ruta que conduce al norte de la provincia, y desde allí diagramaron su presencia en los hogares de los distintos barrios de la parroquia.
En horas de la tarde, desde la 16, reunieron a más de un centenar de niños, cantidad en aumento cada dia, que a través del ¨boca a boca¨ o de la prédica cotidiana por F.M. Pueblo, vocera oficiosa de las actividades parroquiales, supieron de su presencia abrazando con entusiasmo los juegos, canciones, lecturas y oraciones promovidas por los foráneos, tras los cual disfrutaron de un no menos reconfortante chocolate.
Luego de un interregno de pocos minutos la siguiente actividad en el horario prefijado comprendió la charla con jóvenes que siguieron con atención y creciente participación la prédica y más que nada el diálogo esclarecedor en distintos items con este segmento generacional.
La visita tendrá su fin el sábado 31, un dia antes se realizará un encuentro de despedida con fogón incluído que hace presagiar un combo de emociones porque por su sencillez, transparencia y calor espiritual estos ¨chicos¨ se han ganado ya con creces el cariño de los quimilenses
GRUPO
Está integrado por Santiago Mazzinghi, Belén Caputo, Mercedes Richard, Sofía Mazzinghi, Esteban Mazzinghi, Alejandro Molina, Pedro Molina, Dominique Maurette, Josefina Durlach, Carolina Donnelly, Nicolás Donnelly, Francisco Rizzi, Caterina Mazzinghi, Manuel Ibarguren, Andrés Hugues, Isabel Catalán, Angeles Madero, Inés Zerboni, Soledad Zerboni, Felicitas Masoni, Maria Eugenia Oria, Cristian Silveyra, Santiago Moy, Catalina Patrón Costas, Mario Menendez, Michelle Mazinghi, Jack Blehant, Manuel Vasquez, Francisco Pizzorno y Santiago Roberts.
AMOR
Es enternecedor ver el cariño con que los chicos se abrazan a los jóvenes catequistas. Es para ellos un ¨regalo de Dios¨, sin ninguna duda. Es esa cuota de ternura que por una u otra razón no reciben en otro lado y que la gente menuda sabe apreciar con esa intuición propia de su edad que saben que lo que reciben es espontáneo y nace de un sentimiento que se hace recíproco a pesar de los pocos dias que llevan de mutuo conocimiento.
Continuará
