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Rodeado del cariño de feligreses de su nueva parroquia y
otros llegados de Suncho Corral y Los Juries.
El pasado sábado 18 de diciembre el padre Mario Orrego, colaborador desde hace poco más de dos meses del padre Eugenio Milewicz, responsable de la Parroquia San Pedro y San Pablo, tuvo su dia de fiesta con motivo de cumplir 5 años de sacerdocio.
Desde el momento en que Monseñor Uriona lo designó para cumplir tareas apostólicas en la parroquia quimilense el sacerdote perteneciente a la Orden Redentorista ha sabido granjearse el afecto de muchos de los fieles de esta ciudad y de parajes vecinos a los que visita periódicamente en cumplimiento de sus tareas específicas.
El pasado sábado el religioso, oriundo de Paraguay, tuvo su dia de fiesta. El templo casi colmado acompañó la celebración de la Santa Misa oficiada por el anfitrión junto al padre Eugenio y el padre Alberto, párroco de Weisburd.
El sermón estuvo a cargo del padre Eugenio quién resaltó la vocación sacerdotal del agasajado al destacar que no es nada fácil abandonar patria y familia, como también es el caso suyo, para cumplir con el mandato de su compromiso ante Dios.
En el final el padre Mario agradeció la presencia de la feligresía y pidió oraciones para que pueda cumplir con el camino trazado.
A posteriori llegó el momento de la expansiones. Una larga hilera de mesas tendida en las nuevas instalaciones de la parroquia cobijó a una convocatoria más que importante que en un clima de alegría dió buena cuenta de las apetitosas comidas preparada por manos diligentes y el exquisito asado preparado por un experto en la materia.
Las alumnas del Conservatorio Isadora Duncan ofrendaron su arte en medio de aplausos y el pequeño Abel Vidal se ganó la simpatia de todos al bailar chacareras y gato.
El ¨feliz cumpleaños¨ cantado a coro, destemplado pero fervoroso, el corte de la torta y las muestras de cariño le pusieron el broche final a una noche de maravillas.
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