viernes, 31 de mayo de 2013

Una celebración tradicional


SE REALIZARA ESTE DOMINGO LA 30ª EDICION DE LA FIES  TA DE SANTA MARIA DEL MONTE






Predio. Está ubicado a la vera de la ruta 89, 20 kms al sudoeste de esta ciudad. Ha prometido su asistencia el Obispo Diocesano, Monseñor Adolfo Uriona.

Hacía falta un buen trozo de madera estacionada de quebracho colorado. Lo que en una zona eminentemente forestal, otrora de gran explotación, acotada en los últimos tiempos, parecería de fácil resolución en realidad no lo fue tanto. Pero quiso la Divina Providencia que un vecino de la zona de Colonia Josefina, don Benito Molina, pusiera a disposición un tronco de la especie requerida con más de cuarenta años de haber sido talado y allí comenzó a tomar forma el sueño de dos visionarios; los padres escolapios Eduardo Garcia Rios y Víctor Conde López, ambos de raigambre en la Madre Patria.
                                                     Primeros pasos
Lo que en su coleto habían elucubrado los religiosos fue levantar una ermita dedicada a la Vírgen Maria a la vera de la Ruta 89, en el km 404,a 20 de la ciudad de Quimilí y que sirviera de lugar de peregrinación para los fieles de la ciudad cabecera del Dpto Moreno y zonas aledañas.
La idea fue puesta en conocimiento del entonces Obispo de Añatuya, Monseñor Jorge Gottau quién los animó a llevar adelante el proyecto. Parte muy importante de la concreción del mismo fue la Srta Julia Capó, por entonces administradora de la estancía contigua al predio que se anhelaba como lugar del asentamiento.
Por su gestión la familia Garcia Baena, con residencia en Avellaneda, oriunda de Zaragoza, España y propietaria del predio anhelado, escuchó con simpatía el pedido de los sacerdotes que con su mismo y castizo acento plantearon la requisitoria. De muy buen talante los galaicos anfitriones accedieron a ceder cuatro hectáreas de terreno a favor del Obispado de Añatuya y cumplimentaron los recursos legales respectivos que fueron entregados por los eufóricos gestores al padre Emilio de Elejalde., administrador de la Diócesis.
                                                    Manos a la obra
Concretado el primer y fundamental paso ¨Chaplin¨ Manzoni, de la zona de Tinajeraioj, se hizo cargo de la limpieza del terreno en lo que respecta a la parte de ¨fachinal¨ respetando en lo posible a las especies arbóreas de regular estatura, llámese algarrobos y quebrachos blancos, fundamentales en el futuro para sombra y cobijo de los peregrinos por llegar.
Cumplimentado que fue este hito se planteó el interrogante: y la imagen sagrada? Cuando se le hizo conocer el interrogante a Monseñor Gottau este con su proverbial seriedad y sentido ejecutivo que le permitió edificar cuasi un paraiso donde antes era un erial, se limitó a decir: ¨De eso me encargo yo¨.
La Congregación Redentorista a la que pertenecía, fácilmente reconocible porque llueve o truene, invierno o verano, usan sotana negra abotonada hasta el cuello, tenía entre sus filas al padre Alberto Ulrich quién en Tucumán amén de su misión espiritual descollaba como excelente escultor.
Allí surgió el pedido de la madera con que comienza este escrito. Pero era tan grande y pesada la materia prima que era imposible trasladarlo en la F.100 en que se movilizaban los animosos escolapios. Pero como decía San Juan Bosco: Dios proveerá. Y Dios puso en el camino a Rafael Pucheta, oriundo de Tucumán quien en este medio desarrollaba un emprendimiento comercial en la que fuera la casa de don Antonio Romano.
Por ese motivo un camión de su propiedad realizaba periódicos viajes al Jardín de la República para aprovisionarse de mercaderías para su comercialización.
Enterado de la necesidad no dudó en ponerse a disposición de los religiosos encargándose de trasladar el ¨trozo¨ de quebracho colorado y a su debido tiempo las talentosas manos del sacerdote mencionado alumbraron una hermosa figura de la Vírgen teniendo dulcemente entre sus brazos al Divino Niño en actitud de bendecir.
La historia dice que para inaugurar y bendecir el santuario se fijó la fecha del 23 de agosto de 1983 se organizó una gran peregrinación juvenil que en una helada madrugada desafió los rigores invernales en la primigenia caminata a la que luego se sumó gran cantidad de fieles quimilenses que estuvieron presentes en la celebración presidida por Monseñor Gottau.
Desde entonces la fiesta ha ido creciendo en convocatoria y si antes los peregrinos concurrían a pie, en bicicletas y muchos lugareños de a caballo, vestidos con sus prendas típicas hoy el devenir de los tiempos y el cambio de las costumbres hacen que malones de conductores en raudas motocicletas se beban los vientos para arribar al santuario en contados minutos.
Pero lo que permanece inalterable al paso del tiempo es el espíritu festivo y devoción que despierta en propios y extraños esa imagen conmovedora de la Vírgen Maria tan querida y venerada por todo el pueblo santiagueño.

PERLAS CULTIVADAS

Dicen las referencias que la construcción del santuario tuvo como principal responsable a José Agustin Suarez, vecino del Bo Juan XXIII conocido popularmente como ¨Zanagua¨ y que el tallado del altar que cobija a la imagen, también de quebracho colorado, se debe a la maestría en el manejo del hacha de ¨Dolo¨ Suarez.

Cronológicamente hablando esta es la 30ª peregrinación a Santa Maria del Monte. Con ese motivo se han realizado reformas tanto en la parte central como en la infraestructura del predio dotándolo de mayores comodidades para solaz de los peregrinos, muchos de ellos núcleos familiares y de amigos que luego de la misa de las 11 hacen honor al contenido de humeantes parrillas que por doquier esparcen deliciosos efluvios.

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