jueves, 5 de julio de 2012

En las vísperas del cumpleaños de Quimilí


UN ASALTANTE SOLITARIO ROBO UN  
RAPIPAGO A POCAS CUADRAS DEL CENTRO

Amenazó con un arma de fuego a la responsable y se llevó dinero de la caja y un blackberry.

Habían pasado pocos minutos de las 20 horas del miércoles 4 del cte cuando el movimiento del Rapipago ubicado en la convergencia de las calles Independencia y Moreno había quedado prácticamente reducidos a la mínima expresión. La principal referente del emprendimiento, Maria Luciana Chamut, se encontraba abstraída en los últimos movimientos de la jornada, acotados a esa altura por las rudas condiciones climáticas imperantes, cuando una persona habría ingresado en el local.
De acuerdo a los datos colectados por este medio el individuo de sexo masculino vestía un camperón y llevaba colocado un casco de motociclista. Sin decir palabra se dirigió a la parte derecha del pequeño mostrador que sirve de contención a los usuarios y ya ¨in situ¨ habría extraído un arma de fuego con la que conminó a su interlocutora a entregarle el dinero de la recaudación.
Totalmente sorprendida por el cariz de los acontecimientos Chamut atinó a extraer el dinero de la caja que utiliza para los cobros, aproximadamente un poco más de 2.000,oo pesos manifestó luego, al tiempo que el individuo se apoderaba de un celular conocido como Blackberry y luego sin alterar su conducta se dió a la fuga, muy probablemente a pie, por cuanto no se escuchó ningún sonido correspondiente a motovehículo alguno, testimonio que coincide con el de un tercero que habría visto caminar por la calle Independencia con rumbo al norte a un persona con las características apuntadas.
De inmediato la damnificada habría puesto en conocimiento de lo sucedido a personal del Complejo de Seguridad Quimilí quienes tomaron cartas en el asunto y se encuentran abocados a la investigación con vistas al esclarecimiento del hecho delictivo y detención del responsable.

De un tiempo a esta parte la tarea policial cotidiana, la presencia de personal uniformado a toda hora por las calles quimilenses y especialmente el patrullaje motorizado con toques de sirena en las madrugadas frias, había despertado el reconocimiento y confiabilidad de los ciudadanos. El esclarecimiento de hechos delictivos reflejados en la prensa, resultante lógico de este celo profesional evidenciado por quienes tienen a su cargo la seguridad de los personas, dieron pie a esta sensación. Pero el diablo nunca duerme y de ahí que se produzcan estos toques de atención en la quietud de la bucólica tranquilidad ciudadana. Esperemos que no se repitan para bien de todos los quimilenses.




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