UN ASALTANTE SOLITARIO ROBO UN
RAPIPAGO A POCAS CUADRAS DEL CENTRO
Amenazó con un arma de fuego a la
responsable y se llevó dinero de la caja y un blackberry.
Habían pasado pocos minutos de las 20
horas del miércoles 4 del cte cuando el movimiento del Rapipago
ubicado en la convergencia de las calles Independencia y Moreno había
quedado prácticamente reducidos a la mínima expresión. La
principal referente del emprendimiento, Maria Luciana Chamut, se
encontraba abstraída en los últimos movimientos de la jornada,
acotados a esa altura por las rudas condiciones climáticas
imperantes, cuando una persona habría ingresado en el local.
De acuerdo a los datos colectados por
este medio el individuo de sexo masculino vestía un camperón y
llevaba colocado un casco de motociclista. Sin decir palabra se
dirigió a la parte derecha del pequeño mostrador que sirve de
contención a los usuarios y ya ¨in situ¨ habría extraído un arma
de fuego con la que conminó a su interlocutora a entregarle el
dinero de la recaudación.
Totalmente sorprendida por el cariz de
los acontecimientos Chamut atinó a extraer el dinero de la caja que
utiliza para los cobros, aproximadamente un poco más de 2.000,oo
pesos manifestó luego, al tiempo que el individuo se apoderaba de un
celular conocido como Blackberry y luego sin alterar su conducta se
dió a la fuga, muy probablemente a pie, por cuanto no se escuchó
ningún sonido correspondiente a motovehículo alguno, testimonio que
coincide con el de un tercero que habría visto caminar por la calle
Independencia con rumbo al norte a un persona con las características
apuntadas.
De inmediato la damnificada habría
puesto en conocimiento de lo sucedido a personal del Complejo de
Seguridad Quimilí quienes tomaron cartas en el asunto y se
encuentran abocados a la investigación con vistas al esclarecimiento
del hecho delictivo y detención del responsable.
De un tiempo a esta parte la tarea
policial cotidiana, la presencia de personal uniformado a toda hora
por las calles quimilenses y especialmente el patrullaje motorizado
con toques de sirena en las madrugadas frias, había despertado el
reconocimiento y confiabilidad de los ciudadanos. El esclarecimiento
de hechos delictivos reflejados en la prensa, resultante lógico de
este celo profesional evidenciado por quienes tienen a su cargo la
seguridad de los personas, dieron pie a esta sensación. Pero el
diablo nunca duerme y de ahí que se produzcan estos toques de
atención en la quietud de la bucólica tranquilidad ciudadana.
Esperemos que no se repitan para bien de todos los quimilenses.
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