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La presencia del padre Mario Orrego, de la Parroquia San Pedro y San Pablo, fué el aglutinante para que chicos y grandes disfrutaran de una jornada plena de alegría alrededor de la capilla de ese paraje ubicado unos 60 kms al este de esta ciudad.
El pasado jueves 16 del cte el paisaje del Lote 29 se vió alterado por la presencia, desde horas tempranas, de una bulliciosa convocatoria de niños que le cambiaron la cara a ese paraje del Dpto Juan Felipe Ibarra.
La cita fué en la capilla de ese casi desolado lugar donde la proliferación de establecimientos agropecuarios manifiesta un cotidiano culto al trabajo pero en el que las largas distancias solo se alteran por la presencia de una que otra vivienda a la vera del camino.
Alambrados y sembrados en grandes extensiones son una constante y al llegar al emplazamiento de la capilla de marras se advierte además la planta edilícea de la escuela en un amplio predio muy bien cuidado.
Este fué el ámbito en el que fueron convocados los niños que este año recibieron los sacramentos de la comunión y confirmación. El padre Mario Orrego llegó hasta allí para compartir un dia en el que los juegos fueron los primeros escarceos de muchas actividades en el que se pusieron de manifiesto las ansias de los niños por vivir una jornada tan especial.
Un rico almuerzo, charlas, proyección de películas, el rezo del rosario, la santa misa, luego una cena comunitaria compartida con familiares de los niños y mucha música fueron los aderezos de un dia que seguramente los protagonistas vivieron a pleno y recordarán con agrado por mucho tiempo.
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