HASTA EL CIELO LLORO DE PENA POR
LA MUERTE DE ¨TETE¨ TREJO
Habria sido atropellado por un vehículo que circulaba en la misma dirección, a tiro de piedra de esta ciudad. Un familiar que regresaba a su hogar, ubicado a pocos centenares de metros del accidentado lo encontró a pocos minutos de acaecido el accidente. El causante se dió a la fuga y hasta el momento no fué ubicado por las fuerzas de seguridad.
Tenía solamente 16 años o sea, toda una vida por delante. Desde los diez años comenzó a trabajar en el matadero municipal ubicado a pocos kilómetros de esta ciudad a la vera de la ruta que conduce al norte de la provincia y que tiene como punto de referencia primigenio la localidad de Cejolao..
Le decían ¨Tete¨ y su físico no era muy exhuberante, pero lo que le faltaba de presencia lo compensaba con un voluntad inquebrantable de crecer como persona. En el punto de referencia laboral aprendió todos los secretos del faenamiento de animales bovinos bajo la égida de ¨Bichilo¨ Carrizo, responsable de ese emprendimiento oficial.
Hacia un poco más de un año que sus conocimientos le valieron que la Sra Eli Ponti, dueña de Autoservicio La Camila, en el Bo Calasanz le confiara la atención de la Sección Carnes junto a ¨Chala¨, un par de reconocida solvencia profesional.
Conversando con este medio en el ámbito acongojado de la despedida de sus restos éste contó que en los últimos dias el pibe procuraba encontrar una pieza para habitar en la ciudad y así evitar los traslados cotidianos desde su casa en el Paraje Santa Rosa. Y solo tenía 16 años.
En la jornada trágica del lunes, cuentan los allegados, despreció un convite para comer un asado y prefirió trasladarse a Quimilí, en busca de esparcimiento que no sería más relevante que dar una vuelta en su motocicleta Guerrero roja y ¨pispear¨ los primeros escarceos de las comparsas con vistas a los Corsos de este año.
Pasó por frente al Matadero donde se anidaron sus primeros sueños y enfiló en busca de las luces del pueblo sin imaginar que a apenas unos 200 metros de la primera lomada de contención, ya casi al frente del Brio Campos 1, la fatalidad lo estaba esperando en la forma de un bólido lanzado a velocidad extrema.
Pasó lo que pasó. Su cuerpo tendido en la cinta asfáltica necesitaba ayuda urgente. Desde la ciudad enfilaba para el Paraje su tio Martin a bordo de un motovehículo. Este vió el cuerpo caído, desmadejado como un muñeco, y se acercó para descubrir con horror que era el de su sobrino tan amado. El que hacía pocas horas habia estado en su caso jugando con sus hijos ante la mirada condesciente y divertida de la abuela.
Otros conductores de vehículos automotores llegaron a lugar del accidente y trataron infructuosamente de comunicarse con la policia, con el hospital. Su tio debió regresar y dar parte a las autoridades policiales y sanitarias y habrían transcurrido entre 40 y 50 minutos hasta que llegó el auxilio. Fué en vano, el chico se ¨cortó¨ cuando era trasladado hasta el principal centro de salud de la ciudad.
En la noche del martes, luego de la abundante lluvia de la mañana que dificultó en grado sumo el acceso a la casa doliente, gran cantidad de vecinos, familiares y amigos se dieron cita para despedir al entrañable ¨Tete¨, ante el llanto desconsolado de su madre, de su abuela, de sus hermanos.
Así quedó tronchada una vida. Como una mueca del destino. Quién fué el causante. No se sabe. Escapó cobardemente sin prestar el más mínimo auxilio a un ser humano como él. Seguramente tendrá familia. Esposa, hijos. Quizás nunca tenga el castigo que se merece. Pero sí el de su conciencia que muchas veces es peor que la justicia de los hombres. Que así sea.
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