viernes, 30 de marzo de 2012

A LA COMUNIDAD



JUANA FIGUEROA DE SABURGO ¨Juanita¨ q.e.p.d. Dejó de existir el 30/3/12 y espera la resurrección. Su esposo Camilo Saburgo, sus hijos Claudia, Marcelo e Ivana, sus hermanos Nélida, Azucena, Horacio y Marcelo Figueroa participan con profundo dolor su fallecimiento y que sus restos son velados en Sala Manzino. Recibirán cristiana sepultura en el cementerio local. Ruegan oraciones en su memoria. Quimilí.

DESPEDIDA
Fuimos compañeros de estudios en el ¨viejo¨ Colegio Mariano Moreno, aquel que supo sentar sus bien ganados reales en la umbrosa casona del Bo Juan XXIII, donde hoy se asienta la Escuela Especial Mundo Feliz. Por aquel entonces, de aspecto casi patibulario y porque allí supieron asentarse las fuerzas policiales en los albores de siglo XX. Había un sótano luego devenido en aula de actividades prácticas para los varones donde decían las mentas supo haber un calabozo con cepos donde se amansaba a los revoltosos que osaban desafiar las pocas pacientes ínfulas de la ¨poli¨.
Allí recalamos al término de nuestros estudios primarios una cohorte variopinta de jóvenes entre los cuales llegamos al término de los estudios, entre otros, mi prima Tití, Oscarcito Racich, Elvia Villaverde, Nelly Juarez, Nilda Carrizo, que será de ella, Mabel Herrera de Aerolito, Tiki Gerez, q.e.p.d., y entre ellos ¨la Juanita, con su carita redonda y sus anteojos de aumento y una carga considerable de fragilidad y dulzura.
Tantos momentos compartidos en grupo, en alegres sonatinas con cantos folklóricos porque conformamos un cuasi coro al que acompañaba yo con la guitarra y el bombo del bueno de Oscarcito.
Nuestra profesora de música era la señorita Margarita Murad, quién nos reunía en su casa, sobre Avenida Rivadavia, unas de las pocas de dos pisos por aquel entonces y donde por hoy vagan los recuerdos de los berrinches de la señorita Peti y la paciencia de Lilí.
En estas horas despido a quién fué excelente compañera y amiga, buena esposa y madre. Se ganó el respeto y el cariño de sus pares en sus muchos años de trabajo en el ahora Colegio de las Escuelas Pias quien soporta la segunda pérdida en poco tiempos de una de sus componentes.
Que Dios le dé descanso y paz en verdes praderas donde no existe la pena y el dolor.

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