miércoles, 30 de junio de 2010

QUIMILI DE MIS AMORES



                                                                                  POR KITO CARABAJAL
 La memoria me remonta a mis primeros años ¨quimilenses¨, aclaro nací en El Pértigo donde mis padres tenían un almacén de ¨ramos generales¨,  con el ingreso a la Escuela Nro 198, ¨la provincial¨ para los afectos, rumorosa y popular, a diferencia de la para mis pocas luces de entonces y de ahora quizás; elitista, céntrica escuela ¨nacional¨. Corría el año 52 y con ¨Pichón, mi hermano, vivíamos en la casa de la calle Cabanillas, donde ahora está nuestra radio FM Pueblo, Barrio La Tabla Redonda, ahora Juan Felipe Ibarra, pero por aquellos años en la égida de lo que hoy es el Barrio San Martin. Nuestra infancia compartida codo a codo, sigo rememorando, con la familia Altamiranda, alambre de por medio con los vecinos Hilda y Roberto, sus hijos Antonio, la ¨Tuta¨, que era un minón infernal y los demás, doña Edelmira, la mamá de Roberto, viuda de don Florentino Altamiranda que supo tener un emporio maderero con aserradero y todo a pocos metros, auto con chofer, almacén etc,  pero que finalizado el fundador los sucesores no supieron mantenerlo en actividad y todo se vino abajo.
Otros vecinos: Doña Celia de Zapella, ¨Don ¨Tachito¨ Avila, la China por entonces de Burgos, Doña Tránsito Albornoz de Lobos, madre del inolvidable Maestro Edgar Mario Lobos, señora ésta que supo donar el terreno donde tenía un corral para las chivas con la expresa condición de que se levantara allí una capilla dedicada a su venerada Virgen de Lourdes, y ahí está, hermosa, enhiesta y orgullosa.
Tantos recuerdos se atropellan en la mente: la sirena del Cine Oasis, objeto de culto de nuestros incipientes afanes, las series, las películas de vaqueros, de acción, los chiflidos cuando se cortaban, cuando se prendían las luces recorrer a vuelo de pajaro los carteles de futuras exhibiciones con artistas como Randolph Scott, John Wayne y tantos otros.
El fútbol: mis amores por la casaca blanca con vivos azules del Club San Martin donde descollaba la sapiencia y calidad del Moto Torres, ¨Masha¨ Gómez, ¨Supitriqui¨, ¨Tatita¨ Gómez, la ¨canchita¨ en el sector este, la que no tenía arcos reglamentarios pero que todas las tardes congregaba a la cofradía.
Una tarde, ya en mis primeros años de secundario se me dió por ir a la canchita y quiso la casualidad  que hiciera falta un arquero, no había otro y me pusieron, era por entonces flaco como una bicicleta. En uno de los ataques contrarios me hicieron un tiro esquinado e instintivamente me revolqué y logré sacarla afuera. Allí quedé fichado, como ese tiempo se jugaba en primera y segunda, lo que sería la denominada reserva,, me pusieron en el segundo equipo, al arco, por supuesto. El titular era el Zurdo Zerda, muy aficionado a las consumiciones etílicas especialmente los fines de semana hasta que a poco de mis primeras experiencias, por suerte afortunadas, me toco reemplazarlo, en primera. Creo que me hicieron ocho, pero no todos por culpa mia, tal es así que seguí jugando hasta que terminado el secundario fui a buscar mi sustento como maestro de escuela pero esa ya es otra historia. Con el tiempo fui presidente del Club y en esa gestión conseguimos el predio que hoy posee.
Todo esto y mucho más en este Quimilí hermoso y que cada dia se hermosea más por el correr del tiempo, por los afanes de las autoridades, por este crecimiento cuantitativo y cualitativo de sus actividades agropecuarias que la ubica en un lugar casi de liderazgo en el contexto productivo provincial, si no es así pega en el palo.
Por este crecimiento en el aspecto educativo, con señores colegios, escuelas, jardines de infantes, profesorados varios e inclusos emprendimientos privados con viento a favor por una matrícula que año a año se incrementa más y más.
Por el movimiento comercial con negocios que se abren dia a dia en los distintos barrios y en el microcentro, con vistosas instalaciones que no tienen nada que envidiarle a los de las urbes más populosas.
Por las calles asfaltadas que van cubriendo paulatinamente casi todo el ejido municipal, bienvenidas sean porque le dan un aspecto urbano que la coloca en el lugar que le corresponde por su importancia en el orden regional y por muchas otras cosas que hacen de Quimilí un polo productivo que ojalá se incremente con la llegada de anunciadas industrias relacionadas con el agro.
Quise asociar este acontecimiento del cumpleaños ¨number¨ 106 de nuestra ciudad con mis ensueños de infancia y juventud como una manera de homenajear a este ¨lugar en el mundo¨que cobija mis afectos, a mis padres Ernestina y Juan y a mi hermano ¨Tuchi¨ en un silencio de tierra, como dice Lázaro Moreno y a esta panoplia de actividades que cada dia Dios me permite comenzar cuando suena el despertador a las cinco y media de la mañana de todos los dias y es hora de ir en busca del contacto con los oyentes de la radio. Un privilegio y un orgullo como no hay dos. Un abrazo para todos y Feliz Cumple Quimilí.

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