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La vecina del Paraje El 5 los cumplió el pasado miércoles 19 pero los festejó, y cómo, este sábado 22.
Como quién se sale para el Chaco, por la Ruta 89, a escasos cinco kms de Quimilí, un breve camino
de apenas cien metros se abre hacia la izquierda, remonta el lomo por donde hace años corrieran las vias del fallecido ferrocarril Belgrano y se desemboca en un caserío donde un alborotado ir y venir de casi una multitud pareciera indicar la presencia de un festejo de índole familiar.
Y no es para menos porque la ¨dueña i´ casa¨ , doña Fabiana Diaz, está de cumple. Nada más y nada menos que 80 años y con ese motivo la convocatoria familiar es más que importante si se tiene en cuenta la numerosa prole que la vida le ha deparado.
Luego de las salutaciones y las expresiones de bienvenida de los presentes mientras se advierten por todos lados preparativos de distintas pitanzas una cabeza de animal vacuno está lista para ingresar en algún instrumento de cocción, llámese horno, de los que se ven mellizos a pocos metros o al pozo, vaya a saber, de cualquier manera, sea cual fuere, será una exquisitez en unas pocas horas.
La hospitalidad de la familia se hace sentir de manera casi insistente en insinuaciones gastronómicas de las que el cronista se escabulle elegantemente habida cuenta del caótico estado digestivo pretérito inmediato aunque con mejoras sustanciales en las últimas horas pero por si las moscas...
La conversación con la anfitriona se remonta a sus orígenes y cuenta que nació en la zona de Añatuya, que ¨cayó¨ por estos lares en el 47, primero en Roversi y luego en este lugar de referencia en el 89.
Cuenta que fueron cinco hermanos, todos ellos viven en distintos lugares del pais, especialmente Buenos Aires. En un primer momento dice haber dado a luz a diez hijos, luego duda y deja la sumatoria en 11, por ahí debe andar, también todos ellos vivitos y coleando, y cómo, porque luego de un buen rato de sacar números se concluyen las cifras de 29 nietos y 25 bisnietos, muchos de los cuales andan por aquí cerca, disfrutando de la mañana campestre.
La charla continúa luego de las estadísticas, el paisaje de un verdor increíble, los quebrachos y algarrobos cercanos cubiertos de un follaje rozagante potenciado por las copiosas lluvias de los últimos dias, los fachinales, a una distancia el corral de la majada, los perros pululan contentos porque hay mucho para comer, ni ladran concentrados en ese menester.
Es el paisaje de un dia muy especial. A la noche será el gran festejo. Lo tiene merecido, Doña Fabiana. Porque está recogiendo a manos llenas el cariño que sembró en el corazón de todos sus hijos, nietos y bisnietos, que se desviven como nunca o como siempre, por hacerle sentir y devolverle el amor y la ternura que les brindó toda su vida
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