HALLAN LOS RESTOS DE EDUARDO CANCINO EN
LOS FONDOS DE UNA PROPIEDAD DEL Bo COOPERATIVAS
Había sido visto en las inmediaciones por última vez el dia de su desaparición, hace exactamente un mes. Su yerno asegura haber buscado infructuosamente a las pocas horas, palmo a palmo, en ese predio que tiene una cerca perimetral de alambre tejido.
En horas de la siesta del martes 6 del cte unos chicos que se disponían a cazar pájaros en los fondos de una propiedad ubicada en la zona sur de la ciudad encontraron los restos óseos de una persona que de acuerdo al reconocimiento de las ropas efectuado por un familiar directo serían las que vestia Eduardo Cancino el dia que salió de su casa en las primeras horas de la mañana, hace exactamente un mes.
El hombre, de 72 años, vecino del Bo Colón donde vivía con su esposa Ada Carabajal y su hija Grettel, sufría de una avanzada arterioesclerosis que se manifestaba en la pérdida del sentido de la orientación y otras secuelas.
A consecuencia de ello había protagonizado más de un episodio en el que ponía sobre ascuas a sus familiares cuando salía a caminar y no regresaba a su hogar en las horas previstas.
Así es como en el verano fué encontrado en horas del atardecer en una zona montuosa del Bo Alomo, en zona de extramuros, en el oeste de la ciudad.
El pasado 6 de agosto habría salido de su casa aproximadamente a las 7,30 hs y fué visto por último vez en una callecita que marca el fin del Bo Las Cooperativas, ubicado en la zona sur, a pocos centenares de metros de la Ruta 89, que conduce a la Ciudad Capital.
Quién lo vió aquella vez es un jóven que, le contó a este medio, habría invitado a Eduardo Cancino a subir al vehículo en que se conducía para llevarlo hasta su casa, a sabiendas de las dificultades motoras y cognocitivas que lo aquejaban.
Según refirió el interlocutor el anciano se habría negado al ofrecimiento por lo que el mencionado se dirigió de inmediato a las autoridades policiales a quienes hizo conocer esta circunstancia.
Horas más tarde dió comienzo a la búsqueda por parte de sus familiares directos y es allí, a las pocas horas, que el yerno Roberto Kuriger pidió permiso para ingresar al predio ubicado al frente de donde fuera visto por última vez.
Este es propiedad del Ingeniero Oscar Murad quién vive allí con su familia y está rodeado de una cerca perimetral de alambre tejido con postes de hormigón lo que la hace absolutamente infranqueable, salvo el ingreso por los portones ubicados al frente.
En este dia del hallazgo de los restos Kuriger asegura a pie juntillas que el realizó una búsqueda exhaustiva por todo el predio cubierto de malezas de poca altura, comunmente llamados fachinales, la que dió resultados absolutamente negativos.
¨Yo no me explico como pueden aparecer ahora, si yo busqué palmo a palmo, en zigzag y no había nada¨, expresa el familiar en una mezcla de desazón y no poco desconcierto.
De hecho, de acuerdo al reconocimiento de los restos efectuado por su hija Grettel, totalmente degradados e incompletos, la ropa concuerda con la que vestía Cancino al salir de su casa por última vez.
La casa familiar de Murad está ubicada a unos 250 o 300 metros del lugar del hallazgo y resulta casi insólito que nunca nadie haya sentido ningun signo de la degradación del cuerpo, teniendo en cuenta la cercanía de un barrio poblado e inclusive de gente que a muy pocos metros de la cerca perimetral realizó en este tiempo tareas de desmonte con motosierras.
Por estas horas se esperaba la llegada de peritos forenses de la Ciudad Capital para que efectuén las tareas correspondientes y luego se proceda a lo que determinen las autoridades judiciales intervinientes.
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