sábado, 20 de agosto de 2011

In memorian

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CARTA A UN AMIGO QUE SE FUE





Homenaje a Gabriel Basualdo 





Querido Carca:
Te cuento que pasé por el frente de tu casa, ahí donde termina la vereda alta de don Mariano Gil, ese galaico entrañable que vió tus correrías desde chico y que más que trabajar en el almacén de la esquina se dedicaba a regar cotidianamente las flores de la amistad que compartía con sus clientes. Me detuve unos instantes y me pareció que en algún momento saldrías presuroso como en aquellos tiempos de la escuela ¨provincial¨que trajinamos cuando lo único que teníamos eran sueños y ansias de bebernos los vientos de la adolescencia incipiente.
Me acordé de tu viejo, el ¨Negro¨Basualdo¨, ese morocho exhuberante de bombachas criollas, maquinista de profesión, oriundo de San Cristobal, pcia de Santa Fé, un ¨bon vivant¨,amante del escolazo, buen, que digo bueno, excelente bailarín de tango, afición que despuntaba en los tiempos gloriosos de los bailes de carnaval del Club Quimilí Central, junto a otros grandes como Roberto Cativa con Doña Toti y qué decir de Alfonsito Racich y Doña Anyela.
Te contaba de la casa paterna en cuyos fondos vivía, ¨Pierino¨ Rodriguez, compañero de tu papi, propiedad de un señor Braccone, y más allá la casa que por aquel entonces habitaba Miguel Cooper, dueño de un Ford A con el que salía de cacería.
Todos estos recuerdos se agolparon en mi memoria al transitar por esa calle en el epicentro del que por entonces se llamaba Barrio Gil aunque tus pasos, como guiados por un imán te llevaban inevitablemente a la Tabla Redonda donde sembraste y cosechaste los afectos.
El ¨leid motiv¨ era ese objeto, como la vaca emblemática, todo de cuero y de esfera casi perfecta por que eran lejanos los tiempos en el que el ütil seria el producto diseñado por una computadora.
Esa pelota a la que Alfredo Distéfano le hizo un monumento con la leyenda ¨Gracias, vieja¨ y que desde siempre se convirtió en la razón de tu existencia. La que te permitió descollar como ¨fullback¨ en la defensa del viejo y glorioso San Martin, el club en el que brillaron señores futbolistas como ¨Berraca¨ y ¨Pirincho¨ Juarez, el ¨Moto¨, ¨Supitriqui¨, ¨Masha¨ y tantos otros.
Ese San Martin que compartimos en nuestros primeros pininos junto a Quino, Vituca, Tinga, Tero y Caco Jaime, el gran Carlitos Chaparro que te llevó a jugar en el Jorge Newbery de Añatuya donde era más que ídolo de esa grey futbolera que los domingos oficiaba un ritual pagano de hacha y tiza.
Nos reencontramos en los últimos años ya disminuído físicamente por un accidente cerebral que dejó secuelas en tu motricidad pero nunca, ni ahí, en tu espíritu jovial. Compartías el periplo de ida y vuelta a tu Quimilí de las calles de tierras reconvertidas muchas de ellas en moderno asfalto, junto al Niño Aranda, para compartir la fiesta de San Cayetano en lo de Miguicho y la Betty, disfrutando del calor familiar y el afecto de la Dora, la Cheño, la Chilonga, la Maga y todos los changos.
Este año viniste en la previa de la fiesta de Mailin y en la rutina de mis tareas cotidianas te alcancé a ver en el barrio con la rendija del ojo, te tiré el manotazo del saludo y cuanto me arrepiento de no haberle robado unos minutos a las obligaciones para cambiar aunque más no sea unas palabras.
Pero que podía imaginar que precisamente en las vísperas de la fiesta de San Cayetano, la cita ineludible de todos los años tu salud desmejoraría y darías el último¨hurra¨ en la cancha de la vida. Quizás, inconscientemente, pegué el faltazo al tradicional almuerzo de la fiesta porque ya no encontraría en el tumulto el calor y el color de tu sonrisa y esa voz cascada que fué tu característica.
Te cuento que estaba haciendo mi programa en la radio cuando me llamó la ¨Cheño¨ para darme la noticia, la mala noticia. Y me costó un buen rato rehacer mi habitual disposición ante el micrófono.
Dias después me visitó en mi casa Cacho Funes y me pidió que te hiciera un homenaje en el programa y lo hice, con la música que más le gustaba a tu viejo, el tango, ese ritmo que identifica al ciudadano de la gran urbe pero que sobrevive en el corazón de muchos que como nosotros peinamos a duras penas alguna que otra cana.
Me dijeron que tus cenizas vendrán a Quimilí para confundirse con la tierra que vió tus primeros pasos, te estaremos esperando, hermano
Tus amigos le pedimos a Dios que te tenga en su santa gloria.
Un gran abrazo

KITO CARABAJAL

3 comentarios:

  1. Gracias KITO , DISCULPAS POR DECIRLE POR SU APODO , PERO EL TIO CUANDO CONTABA SUS ANDADAS SE REFERIA A USTEDES COMO SI NOSOTROS LOS CONOCIERAMOS A TODOS...GRACIAS POR COMPARTIR ESTOS HERMOSOS RECUERDOS...

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  2. AGRADECIDOS DE CORAZON POR LAS PALABRAS DE AFECTO HACIA NUESTRO CARCA QUERIDO. HEMOS VIVIDO CON ÉL MAS DE MIL Y UNA AVENTURAS CONTADAS CON FELICIDAD Y EL ENTRAÑABLE AMOR POR ESA CIUDAD Y SU GENTE... SEGURO PRONTO ESTARA ALLI JUNTO A USTEDES...
    MUCHAS GRACIAS...
    SELVA BASUALDO Y FLIA.

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  3. gracias kito no se si me recuerdas soy gloria, no tengo palabras para agradecerte esta accion que solo puede venir de personas tan calidas como ustedes y ahora mas que nunca comprendo a mi querido tio que seguramente esta en la gloria porque disfruto cada momento de su vida con los que amo, brindando con mucha calidad todo lo que sentia. gracias gracias gracias y que dios bendiga a todos ustedes y sus familias.

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