POSTALES QUIMILENSES

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´OCHOCHO¨ HERRERA CUMPLIRA EN SETIEMBRE

95 AÑOS MUY BIEN LLEVADOS

El sombrero negro de alas generosas, es el distintivo personal que lo caracteriza en su andar cotidiano por las calles quimilenses, que lo ven pasar enhiesto y hasta se diría ágil, condición que a ojo de buen cubero casi no se condicen con las nueve décadas y media de vida que cumplirá el próximo mes de septiembre.

Nació como Leónides Herrera en zona de la costa del Salado pero su nombre quedó eclipsado para siempre por el apelativo de ¨Ochocho¨ con el que se lo conoce y le dió popularidad como poblador del paraje El Simbolar, distante unos 18 kms al oeste de esta ciudad.

Allí se afincó hace más de 40 años para dedicarse a la crianza de animales caprinos y otras actividades rurales al tiempo que cultivaba una relación matrimonial que le dió una hermosa cosecha, nada más y nada menos que 14 hijos.

Estos se encuentran desparramados en distintos puntos del pais y como buenos santiagueños cada tanto se reúnen cuando los acontecimientos familiares lo ameritan.

Ya definitivamente asentado en el Bo Belgrano de esta ciudad estos eventos suelen ser vividos a pleno con la presencia de amigos y músicos que atacan con entusiasmo surtidas parrillas con exquisiteces cárneas al tiempo que llenan de jolgorio la jornada.

Su estado físico es envidiable salvo una pesadez de oídos más que lógica pero lo caracteriza su buen humor ya que en el diálogo mano a mano reacciona con risas estentóreas ante el chascarrillo o la broma intencionada.

De él se cuentan muchas anécdotas: alguien decía que tenía tantas chivas que necesitaba un helicóptero para contarlas. Dicen que una vez compró un vehículo y como no sabía manejar venía en sulky a buscar un chofer para que lo traiga a Quimilí. Finalmente llevó el rodado a un mecánico y este le dijo crudamente: ¨Don Ochocho este motor ya no tiene gollete¨. No hay problemas, contestó, tome, compre.

En pocas palabras un personaje querible y no me quiero imagino lo que será cuando el mes próximo cumpla 95 años. Hay que estar atento a las señales de humo. Más vale.

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