miércoles, 6 de octubre de 2010

UNA MULTITUD ACOMPAÑO AL PADRE GUILLERMO

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En la celebración de la misa en acción de gracias por sus Bodas de Plata Sacerdotales en el Ateneo de la Parroquia Santa Rosa de Lima. Su parroquia.

Fueron muchas las sensaciones vividas en una sola noche tanto para el principal protagonista como para la gran cantidad de fieles que el martes 5 del cte mes se dieron cita en el Ateneo de la Parroquia Santa Rosa de Lima de esta ciudad.
Y no era para menos porque el marco multitudinario fué acorde a la importancia del acontecimiento convocante: la celebración de la misa en acción de gracias por los 25 años de sacerdocio del párroco, padre Guillermo Luis Burdett.
Trece sacerdotes, varios de ellos compañeros de seminario del agasajado concelebraron el oficio religioso, llegados desde distintos puntos del pais, a saber: de Córdoba, Tucumán, Catamarca, Humahuaca (Pcia de Jujuy), de localidades de la Diócesis de Añatuya y de esta ciudad.
Religiosas locales y foráneas, fieles de las distintas localidades que el sacerdote atiende en el devenir de sus obligaciones cotidianas, de la parroquia San Pedro y San Pablo y lo que es más relevante, en su gran mayoría sus propios parroquianos ( nunca mejor utilizada la expresión), dijeron presente para acompañar a su guia espiritual.
Los pasos de la celebración litúrgica tuvieron su significación emocional tanto en la presencia de los niños con velas encendidas a la hora de las lecturas, las palabras del padre Jorge llegado de Córdoba, el recordatorio que hizo llegar el Nuncio Apostólico, Monseñor Bernardini, en nombre del Papa Benedicto XVI y más que nada las expresiones firmes y sinceras de la niña que habló en nombre de sus pares que en unos pocos dias recibirán la primera comunión.
Todo ello y mucho más conformaron una noche en la que el homenajeado sintió en su propia piel y en su corazón de hombre bueno el inmenso cariño que ha sabido ganarse a través de una trayectoria sin mácula en estos 25 años de su vida entregados a Dios.
El video que mostró aspectos de su vida, la posterior cena de camaradería, las bromas, las chanzas del padre Enrique, los recuerdos, formarán parte del rico anecdotario de una noche excepcional. Lo más importante es la certeza y la convicciones de un hombre, que como dijo su par de Humahuaca en broma o quizás no tanto, ¨cree más que otros en la existencia de Dios¨, y él lo sabe transmitir más que otros. De no ser así no hubiera habido tanta gente acompañándolo en esta hermosa noche.





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