Gracias a Dios, a la Vírgen Maria, Nuestra Madre y Jesús Misericordioso
Hoy me toca escribir en primera persona por la razón muy especial que enuncia el título.
Me desperté en la madrugada con la intención de escribir unas líneas y he aquí que, ensimismado en mis pensamientos, no ad vertí la falta de energía eléctrica. ¡Uy, que hago?, me dije para mi coleto. Y justo en ese instante volvió la luz. Casualidad, por supuesto.
Acostumbrado a referir información de terceros no me es fácil escribir de mi, mejor dicho de nosotros, porque con mi esposa conformamos un tandem indisoluble que tira para el mismo lado, desde siempre y para siempre, como dice el tema.
Nunca fuí bueno para recordar las fechas, lo reconozco. Ayer, sobre el final de la misa dominical, Nancy me susurró que invite para hoy, a la misa en acción de gracias por nuestros 35 años de casados. Eeeepa. Y no es porque uno no le de la importancia que se merece pero así soy de despistado con estos temas. Perdón, mamá.
Corría el año 1966 y maestrito recibido el año anterior, el Consejo General de Educación me dió la responsabilidad de trabajar en la Escuela No 288, de Catamarca, Dpto Moreno, recién inaugurada, en un paraje casi equidistante entre Villa Brana y Las Tinajas, a escaso un kilómetro de la ruta provincial.
Escuela tipo rancho, por entonces, un aula y una pieza para vivienda y la suma de treinta alumnos para distintos grados. Allí transcurrieron mis primeros años como docente, con mayor contacto con Las Tinajas adonde concurría asiduamente. Solterito y sin apuro, hacía usufructo de una motocicleta Zanella 125, primero y de una 175, después, para mis correrías por las zonas aledañas.
Esporádicamente me visitaba el padre Italo Conti, sacerdote italiano, párroco de Weisburd o al pasar me invitaba a acompañarlo en las misas que oficiaba por la zona. Allí íbamos con el padre y la gente nos atendía a cuerpo de rey después de los oficios, cabritos al horno, empanadas, etc.
Corría el año 1975 y una noche me invitó a acompañarlo a Villa Brana. Allí colaboró en la misa una jovencita muy, pero muy bonita, de cabellos negros y largos, unos ojos negros maravillosos, menudita y muy simpática. Era de la población pero desde muy niña vivía en Buenos Aires con su hermana Analía, en Quilmes y había venido a visitar a su mamá, doña Celsa.
Por esos dias los vecinos de El Cármen me pidieron que pida enseñar en la escuela de allí porque el maestro, por razones de salud, faltaba mucho. Fuí a solicitar el cargo y me dieron, entonces atendía mi escuela por la mañana y por la tarde la otra.
Quiso el destino insondable que la estafetera de Villa Brana se enfermara y como había que atender a la gente que cobraba el salario y la correspondencia, le pidió a la hermosa porteñita que le atendiera su trabajo por unos dias hasta que volviera de Santiago.
Y allí cayó el maestro de El Cármen a preguntar por cartas para su escuela, en bruta motocicleta, de bigotes, pintudo. En resumen, la porteñita, muy bonita ella, de grandes ojos negros y cabellos largos, no volvió más a Buenos Aires.
Hoy hace 35 años que estamos juntos, el mismo padre Italo nos casó, y cada dia es motivo de profundo agradecimiento por los cuatro hermosos hijos y los cuatro nietos, más hermosos aún, que la vida y Dios nos dió.
Felicidades kito y doña Nancy por sus años de casados. Buena flia.
ResponderEliminarun abrazo
Franco
Pensar que hace 35 años llegamos desde Buenos Aires a festejar con ustedes en la camionetita que sale en el fondo (creo o era una parecida, para mi vista tambien pasaron los 35 años, ja, ja, ja).
ResponderEliminarFelicitaciones por el aniversario!!!!. Un beso para ustedes y para la familia.
Daniel
doy gracias a <dios por ese momento, caso contrario no estaria escribiendo estas lineas mil besos y abrazos a mis padres que hicieron de este muchacho un hombre de bien.Felicidades mis viejos queridos
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