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La tradicional fiesta, postergada la semana anterior por razones climáticas, parecería que tendrá su inicio este viernes 25 y su prosecución el sábado 26 para finalizar, siempre que Natura lo permita, en la semana subsiguientes en los dias prefijados.
Esta verdadera locura que se apodera de los quimilenses para estas fechas tienen su correlato en la presencia, desde las vísperas, de gran cantidad de sillas dispuestas en el ¨corsódromo¨, que no es otro que la playa de estacionamiento de la Teminal de Omnibus, antiguamente Estación del Ferrocarril Belgrano.
Los ingleses que construyeron este ámbito de trabajo nunca habrían imaginado que este lugar, por el que circularon miles y miles de personas rumbo a diferentes destinos, se convertiría en estos dias en una especie de aquelarre en el cual prima la alegría, el desenfreno en su mejor expresión y la vistosidad de las distintas comparsas intervinientes.
No solamente las comodidades están dispuestas a la vera de la pista por donde los bailarines dibujarán arabescos al compás de los ritmos de moda sino que chicos, los más, y grandes velan las armas en las horas previas en el afán de salvaguardar el mejor lugar y la consiguiente visión privilegiada de todo lo bueno que seguramente depararán, como decía la vieja canción, ¨estos cuatro dias locos que vamos a vivir¨.
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