Tragedia. Viajaba en la parte posterior de un motovehículo manejado por una familiar y al tratar de evitar un rodado que salió imprevistantamente a la ruta fueron colisonados por un camión que circulaba de norte a sur a la altura del Bo Campos 1.
Una nena de 5 años, integrante de una familia radicada en el Bo Campos 1 de Quimili, murió instantáneamente en la siesta del dia de ayer cuando en el afán de ir a visitar a su madre que en la madrugada habia dado a luz un hermanito se dirigia al hospital local en la parte posterior de un motovehículo manejado por una familiar y al tratar ésta de evitar un rodado surgido imprevistamente en su línes de circulación invadió el carril derecho y fueron arrollados por un pesado transporte que transitaba de norte a sur.
EL LIBERAL llegó al escenario de los hechos a los pocos minutos de sucedido y pudo vivir en carne propia la angustia y desesperación de sus familiares directos que no podían dar credito a lo acontecido a pocos metros de su hogar.
La conductora del motovehículo fué trasladad al Hospital Zonal Dr Bernardo Houssay con heridas de importancia ,miemtras que el cadáver de la nena fue revisada por el médico policial, Dr Ernesto del Castillo quién comprobó que la nena no presentaba signos vitales.
El personal médico condujo los restos de la infortunada menor a la morgue de ese centro de salud a la espera de lo que disponga el juzgado interviniente.
De acuerdo a los datos recibidos de una persona que atendía un local comercial ubicado a la vera de la ruta EL LIBERAL pudo saber que un remise afectado al traslado de votantes había llegado hasta ese lugar en busca de una persona y que al no encontrarse quiso volver hacia el centro de la ciudad sin tomar los recaudos convenientes.
Quiso la desgracia que en ese momento circulaba el motovehículo en el mismo sentido y que al tratar de evitar la colisión con el remise se tiró hacia su lado derechoy allí fué cuando se produjo la colisión con el transporte.
OTRA VEZ SOMOS CUATRO
El llanto acongojado de la nena y del anciano abuelo un poco más allá, a la vera de la casa de estilo rancho, era el panorama desolador de la siesta quimilense. ¨Tanto que la quería¨, decia el hombre mientras estrujaba un remedo de pañuelo entre sus dedos agarrotados. ¨Eramos cuatro y nació un hermanito pero somos cuatro otra vez¨, decía la nena sin poder contener ese sollozo conmovedor que nacía de su corazón. Su mamá había dado a luz esa mañana, una mañana a pleno sol que de repente se oscureció con la más horrenda de las desgracias.
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