jueves, 16 de septiembre de 2010

AMORES PERROS

LA HISTORIA DE BIENVENIDO Y EL NEGRO



Era la Nochebuena del 2009 y dejando preparados unos potajes fuimos en familia a la Misa de Gallo en la Iglesia San Pedro y San Pablo. Al regresar sacamos las mesas a la vereda, era una noche hermosa de verano y el ruido de los cohetes era un martilleo intermitente que de vez en cuando nos sobresaltaba. En ese devenir de las horas a la espera de la medianoche dispusimos toda la parafernalia de la cena y en el ir y venir de la gente que llegaba a la despensa para comprar una u otra cosa de repente apareció él como de la nada.
Era totalmente negro, su cuerpecito pequeño denunciaba un mal trato lacerante de penurias y de hambre, tenía el hocico alargado y unas ganas locas de caer simpático, en seguida hizo buenas migas con la Pupi mientras que Quintín medio que lo miraba de rabo de ojo a un costado, gruñón y mal llevado como siempre.
El perrito andaba de aquí para allá, enredándose entre los pies de los concurrentes y así se fué ganando un espacio y Doña Nancy, remisa desde siempre para recibir en la casa a otro ser viviente de cuatro patas lo aceptó al susodicho de buena gana y por ser Nochebuena lo bautizó Bienvenido.
El tipo comió esa noche como perro y al otro dia amaneció muy mal del hígado, se pasó tirado todo el dia, no era el único aclaro y recién al tercero de su llegada recuperó la salud y la bonhomía.
CONTINUARA.

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